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Mari Carmen Morales, directora de Calidad y Sostenibilidad de Anecoop e impulsora del Observatorio de Sostenibilidad, defiende una visión integral de la sostenibilidad más allá del impacto ambiental. Apuesta por un enfoque que incorpore las dimensiones social, económica y de gobernanza, y que traduzca los conceptos abstractos en acciones concretas para las cooperativas: combinando formación, tecnología y datos.

18 de junio de 2025 – Mar Viguer. 

Anecoop, Valencia. 

Mari Carmen Morales, directora de Calidad y Sostenibilidad e impulsora del Observatorio de Sostenibilidad de Anecoop, defiende la importancia de entender la sostenibilidad como una forma de ganar en eficiencia y competitividad. “Es la palabra clave que nos da el sentido, la que tenemos que tener en la cabeza todas las empresas para tener un futuro”. 

Aunque reconoce que este cambio de mentalidad no es sencillo, Morales hace un llamamiento a “pensar de otra manera para garantizar ese futuro” y subraya que todos tenemos un papel activo en la transición hacia un modelo más sostenible: “todos somos parte del problema y parte de la solución”.

Pero para conseguir ese cambio de mentalidad, recalca que es necesario contar con un método objetivo basado en datos: “Lo que no se mide no existe y tomar decisiones que no estén respaldadas por los datos puede desviarte totalmente del camino”.

P: ¿Qué papel crees que puede desempeñar el sector como motor económico y social en la transición hacia una mejora de la sostenibilidad?

R: Está claro que tiene un papel fundamental porque todos somos actores en este escenario, todos somos parte del problema y parte de la solución, en cualquier tipo de empresa, ¿no? Pero especialmente el sector agroalimentario. Por la oportunidad y la responsabilidad que tenemos para alimentar al mundo, porque sin el sector agroalimentario el mundo no va a poder comer.

Si no hacemos las cosas de forma que podamos garantizar nuestra supervivencia, todo será muy distinto a cómo lo conocemos hasta ahora. Por eso, las empresas del sector agroalimentario tienen que empezar, o ya deberían haber empezado, a pensar de otra manera para asegurar ese futuro. 

Hay oportunidades interesantísimas gracias a las nuevas tecnologías, hay innovaciones y hay formas diferentes de hacer las cosas que nos hacen ganar en eficiencia. Si ganamos en eficiencia tenemos ahorro de costes, si tenemos ahorro de costes la empresa funciona mejor y las personas vivimos mejor, está todo relacionado.

P: ¿Qué retos o problemas identificas en este proceso hacia un modelo más sostenible y cómo crees que pueden hacerles frente las cooperativas y empresas del sector?

R: El mayor reto es hacer entender a todo el mundo: a nuestras cooperativas, a nuestros productores, al mercado y al consumidor, que la sostenibilidad no solamente se centra en el reto medioambiental. 

Ahí puede haber frenos de cara a los productores, que se sienten señalados como los únicos responsables y pueden pensar: “No solo es responsabilidad mía que los recursos naturales se vean esquilmados. Si consumo agua para producir, necesito abonar o aplicar tratamientos fitosanitarios, lo hago porque tú tienes que comer.”

Al mismo tiempo, ese mismo agricultor y su estructura cooperativa están dando empleo en el territorio, generando un bien económico. El principal reto para mí es entender la sostenibilidad desde las tres perspectivas.

Y luego ir utilizando fórmulas en todos los escenarios que te indiquen cómo estás haciendo las cosas y dónde tienes los agujeros para mejorar y así poder centrar más el tiro. 

Para mí es muy importante culturizar sobre la idea de que la sostenibilidad no es solo ambiental. 

P: ¿Por qué dirías que es crucial medir el impacto que tienen nuestras acciones? 

R: Si no medimos nuestro impacto, no sabremos lo que estamos haciendo ni la importancia que tiene. Hay miles de personas implicadas en todo el proceso. Si tú no alineas y mides de una forma objetiva tus acciones, y lo haces de forma comparable, no sabemos dónde estamos. 

Si no tenemos los datos, estamos hablando de percepciones y opiniones. No es un dato fehaciente, objetivo, vamos a decir científico. Necesitamos datos objetivos, que tengan calidad, que estén medidos de la misma manera, que puedas contrastarlos y compararlos. 

P: Los datos, no solo para saber en dónde hay que actuar, sino también para saber si lo que estás haciendo está funcionando y poder ponerlo en valor, ¿no?

R: Lo que no mides no existe, es una frase muy manida, pero es cierto. Si no, nos quedamos con opiniones, y las opiniones nos llevan a cometer muchísimos errores y puedes tener sesgos que te desvían totalmente del camino que tú querías recorrer. 

Un ejemplo claro del beneficio del Observatorio es que la mayoría de los socios de Anecoop son cooperativas y tienen acceso a las subvenciones de la PAC. La PAC ha cambiado la normativa y ahora obliga a que un 12% de la subvención se invierta en acciones medioambientales. Desde el Observatorio se van a poder establecer acciones medioambientales para justificar esta obligación de la PAC.

Además, veremos que nos prepararemos mejor para acceder al mercado, para acceder a las certificaciones que nos irán demandando los clientes en temas de sostenibilidad, que sesgan con la parte medioambiental. Pero nosotros podremos poner en valor toda nuestra actuación, el valor que tienen nuestras cooperativas en el territorio: para generar empleo, para la economía, para arraigar a la población en las zonas rurales y para alimentar al mundo. 

El Observatorio es una herramienta que te va a ayudar a alinear muchas cosas: te va a permitir disponer de una información objetiva del punto en el que estás, te va a permitir poner en valor tus acciones y detectar las cosas que no se hacen tan bien, para poder mejorarlas de forma efectiva y eficiente.

 

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Anecoop

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